miércoles, marzo 12

INFORME SOBRE EL ESTADO DEL ARBOLADO DEL PARQUE BRUIL

El Parque Bruil se inauguró el 17 de julio de 1965 con el reconocimiento a Juan Bruil, su diseñador y creador, conservando toda su riqueza botánica. Durante mucho tiempo fue uno de los parques de la ciudad con mayor número de variedades pero si bien somos conscientes de que los árboles, como todo ser vivo, está destinado a morir, en el caso de este parque toda una serie de acontecimientos han provocado la aceleración de la muerte de muchos ejemplares.
Algunos de los hechos que, a nuestro parecer, han podido contribuir a este deterioro han podido ser:

La remodelación del parque producida en 2010, la cual no tuvo en cuenta que uno de los aspectos clave de un parque son sus árboles. En el desarrollo de las obras se produjeron heridas en ramas y troncos, compactación de raíces a través de la maquinaria instalada en el entorno de los árboles, etc...

La existencia de hongos. En la actualidad se ha observado la existencia de un hongo (Armillaria mellea) que es mortal para los árboles. La humedad favorece su desarrollo por lo que pensamos sería importante realizar un seguimiento del desarrollo del mismo y su posible incidencia en el arbolado.

Sistema de riego. Desde la última remodelación el sistema de riego no es controlado desde el parque sino que está automatizado y hemos constatado un encharcamiento permanente que puede estar favoreciendo la proliferación de hongos y su afección a la salud del arbolado.

VIVE LA PARQUE BRUIL
En la actualidad los diferentes colectivos del barrio hemos constituido una coordinadora desde donde hemos lanzado la campaña Vive El Parque Bruil y desde la cual hemos hecho un grupo de trabajo con el fin de realizar un diagnostico del estado actual del parque así como un seguimiento de la evolución de su arbolado.
Dado que existen dos inventarios, uno del año 1984 y otro del 2007, queremos comprobar el número de ejemplares y variedades desaparecidas en el transcurso de estos años. En las primeras estimaciones realizadas podemos confirmar que se ha perdido un alto número de ejemplares.

Exponemos a continuación algunos de los elementos más significativos:

1.- Árboles monumentales
En el parque existen tres ejemplares catalogados por el Ayuntamiento de Zaragoza en 2005: Una encina (Quercus ilex), un latonero (Celtis australis) y una acacia (Gleditsia triacanthos). Estos árboles, son sin duda algunos de los ejemplares más emblemáticos de nuestra ciudad, por lo que para evitar la degradación y desaparición de este patrimonio arbóreo, se requeriría, tal como se recomienda por los expertos en arbolado monumental, una asistencia continuada individualizada y de cuidados especializados que garanticen su pervivencia.

Los latoneros: A simple vista se pueden apreciar numerosas ramas secas que sería necesario cortar.

La encina: Se encuentra parcialmente inclinada y con la copa descompensada, con posibilidad que alguna rama se desquebraje. Habría que estudiar alguna medida preventiva y correctora.
También se aprecia que el espacio dejado para el alcorque es bastante reducido y convendría estudiar la posibilidad de levantar los adoquines para ampliarlo.

La acacia de tres espinas: Se aprecia como en su base hay numerosos hongos que deberían ser tratados, tiene una copa bastante descompensada y heridas en algunas de sus ramas.

2.- Inclinación de los arboles
Hay un número importante de árboles inclinados, tal vez producido por el exceso de agua y una densa copa lo que provoca la caída de los mismos en momento de vientos fuertes. Habría que controlar las causas de esta inclinación.

3.- Hongos
Hay algunas especies como los álamos boleanas en los que las podas han provocado la aparición de hongos que se detectan en el colorido que tienen algunos de los troncos. Sería aconsejable no podar, excepto ramas secas.

4.-Arboles en mal estado
Hay árboles que se encuentran en muy mal estado como algunas acacias las acacias (Robinia pseudoacacia)

5.- Deterioro de las praderas:
Se encuentran en muchos lugares encharcadas, con abundantes agujeros y con zonas de grandes calvas. Intuimos que puede deberse a un exceso de riego, aspersores mal colocados, carencia de abonado y de resiembras, carencia de aireado y excesiva compactación.

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