jueves, agosto 16



Semana Mundial del Agua

Los agrocombustibles y la sed del mundo
Por Roberto Aguirre | La Redacción de APM
Expertos de 140 países advirtieron que el etanol y el biodiésel
representan una amenaza para las reservas de agua. Un nuevo indicador
que demuestra la inviabilidad de este proyecto.
Un grupo de especialistas advirtió este lunes que los agrocombustibles
representan una gran amenaza para las reservas acuíferas del mundo. En
el marco de la Semana Mundial del Agua, que se celebra en Estocolmo,
Suecia, con la participación de 2500 expertos en la materia,
representantes de 140 países expresaron su preocupación sobre la escasez
de este bien natural en medio del aumento de la producción de etanol y
biodiésel.

En este sentido, el Instituto Internacional de Agua de Estocolmo (SIWI
por sus siglas en inglés) presentó sus previsiones, a través de las
cuales asegura que la producción de agrocombustibles provocará, para
2050, que se duplique la demanda actual de agua para la agricultura.

Asimismo, se advirtió que la necesidad de grandes superficies de siembra
para el desarrollo de etanol y biodiésel se convertirá en un problema
para las generaciones venideras.

Los datos arrojados en la primera jornada de la Semana Mundial del Agua,
concuerdan con un informe realizado en 2006 por el Instituto de
Administración del Agua (IWMI) que, con apoyo de Naciones Unidas,
determinó que la producción de agrocombustibles podría agravar la
escasez de agua.

Este informe detalló que la demanda de agua para riego supone el 74% del
recurso usado por el hombre -frente al 18% de las centrales eléctricas y
otros usos industriales, y sólo el 8% del consumo doméstico-, y es
probable que se incremente para 2050.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL),
advirtió que la producción de agrocombustibles, en el caso de Perú, no
tiene viabilidad ya que no existe disponibilidad de agua para el riego.
Esta conclusión puede ser extendida a otros países del subcontinente,
sobre todo en regiones con escasas precipitaciones.

El proyecto de los agrocombustibles en la región supone un gran coste
económico, social y ambiental.

Por una parte, el alza en los precios de los commodities está generando
una suba en los productos de primer orden que atenta contra los pobres,
cada vez más lejanos a alcanzar la canasta básica alimentaria ("El
precio del pan por las nubes" APM 13/08/07).

Uno de los principales argumentos para sostener este proyecto es la
diversificación de la matriz energética, según la cual se pretende
reducir la dependencia del petróleo. Sin embargo, gran parte de los
estudios realizados demuestran que la atadura a los combustibles fósiles
persiste. Por ejemplo, en el caso del etanol de maíz se necesitan 1,3
kilocalorías de petróleo para producir una kilocaloría de bioetanol.

De la misma forma, el modelo agrotécnico, matriz sobre la cual se
asienta la producción de agrocombustibles, reproduce la lógica del
latifundio, y atenta directamente contra la agricultura familiar
tradicional, fuente de ingreso y supervivencia de millones de personas
en América Latina. En Argentina, según datos del Centro de Investigación
y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar (Cipaf),
las pequeños asentamientos aún producen más del 50 por ciento del empleo
rural, aunque el número venga en declive ("Por el futuro de la
agricultura familiar" APM 13/08/07).

Finalmente existe un enorme costo ambiental, de la mano de la tala
indiscriminada para liberar tierra para la soja, el maíz y la caña, el
uso de agrotóxicos y el monocultivo. Esto, en contraposición con la
versión que afirma, erróneamente, que el etanol y el biodiésel no
contaminan.

En este sentido, el agroecólogo Miguel Altieri explicó a APM que "los
biocombustibles son una tragedia ecológica y social. Con su producción
se creará un problema muy grande de soberanía alimentaria, ya que hay
miles de hectáreas de soja, caña de azúcar y palma africana que se van a
expandir, lo que va a producir una deforestación masiva muy grande. Esto
ya está pasando en Colombia y en el Amazonas de Brasil. Además va a
aumentar la escala de producción de monocultivos mecanizados, con altas
dosis de fertilizantes y específicamente Atrazina, que es un herbicida
muy nocivo con irrupción endocrina. Digamos que los problemas de la
agricultura industrial se potenciarán de una forma tremenda" ("Los
biocombustibles son un modo de imperialismo biológico" APM 22/03/07).

A este oscuro panorama, ahora se suma el peligro del agua, de la cual
América Latina posee las mayores reservas del mundo. Expertos de todo el
orbe confirman que este bien natural podría escasear debido al
incremento de la producción agraria con fines energéticos. ¿Cuántas
advertencias más son necesarias para demostrar la inviabilidad del
proyecto de los agrocombustibles?
13|08|2007

Enviado por Amigos de la Tierra.

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